“Encerradas en sus propios datos, autoridades no ven al país salpicado de sangre”: Obispo
Julio 10, 2022
La Paz, BCS.-“Las autoridades que tienen la obligación de cuidar a los ciudadanos, no ven al país salpicado de sangre, porque están encerrados en sus propios datos”, acusó el obispo de la Diócesis de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz, con motivo de la jornada de oración por la paz, convocada por la Iglesia católica.
Durante la misa de este domingo 10 de julio, en la Catedral de Nuestra Señora de La Paz, expresó también que el gobierno “tiene ojos, pero no ve; tiene oídos, pero no oye; tiene boca, pero no dialoga”.
Estableció que contrario a eso, la boca de los actuales gobernantes solo sirve para insultar, calumniar y difamar.
También expuso que “tienen pies, pero no se mueven; tienen manos, pero no actúan”, y que ante esta realidad, la Iglesia ha decidido dirigirse a Dios, para rezar juntos y pedirle que venga a socorrer, proteger y defender.
Precisó que la Iglesia ha hecho constantes señalamientos desde antes del crimen de los sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara, pero que no ha sido escuchada, y cuando se le cuestiona que no hizo su reclamo en su momento, Alba Díaz estableció que “no, la Iglesia no cayó; ustedes no escucharon, ustedes estuvieron ciegos”.
Mencionó que como Conferencia del Episcopado o cada Obispo en su Diócesis, han hablado de los problemas que aquejan al pueblo, pero no se les ha tomado en cuenta “porque ustedes estaban empalagados con lo que era de ustedes”.
Advirtió que actualmente hay inseguridad en todos lados: ciudades, pueblos, carreteras, montañas, valles y negocios a los que se cobra piso, y que todo es controlado por bandas de delincuentes que operan impunemente en el país “y a las que se les permite operar”.
Expuso que los ciudadanos no solo son víctimas de esos criminales, sino que además son presa de las autoridades omisas e irresponsables, que prometieron cumplir y hacer cumplir las leyes, y que no han asumido su principal responsabilidad que es brindar seguridad todo el pueblo.
Señaló que también se es víctima de la indiferencia y la insensibilidad de los conciudadanos; de aquellos que dicen “tú eres mi prójimo, y me he comprometido a amarte como a mí mismo”, y solo se considera cada hecho de sangre como parte de la estadística, por lo que sostuvo que “no debemos acostumbrarnos a una cultura de muerte”.
“Nos asusta que fueron asesinados dos sacerdotes jesuitas que durante décadas habían dedicado su vida a atender a la gente más pobre, en los lugares más recónditos e inseguros”, dijo, y abundó que también indigna este hecho, y hace preguntar ¿hasta dónde? y ¿hasta cuándo?.
Recordó que Jesús quiere cristianos comprometidos que no se contenten con sanar las heridas del que está tirado en el camino, sino que luchen, que haya condiciones de mayor seguridad y paz para todos, sin confrontaciones tontas, sin descalificaciones que dañan y hieren, como si hubiera demasiados Méxicos y no uno solo. (Por: Arturo Nieves).