Como cada 3 años, campañas recuerdan existe pobreza y marginación

Como cada 3 años, campañas recuerdan existe pobreza y marginación

La Paz, BCS.- De pronto los barrios pobres, las lejanas rancherías, los destartalados camiones del transporte, los changarritos, y muchos aspectos del esfuerzo y decadencia social, se han vuelto populares en las redes sociales, al ser inundadas por decenas de imágenes de candidatos que hoy se erigen como los salvadores de la desgracia, muchos de ellos que incluso ya fueron servidores públicos y nada hicieron.

En el tradicional ritual de cada tres años, el cinismo y el descaro vuelven a hacerse presentes entre quienes aspiran a un cargo de elección popular, que sin el más mínimo recato, utilizan la pobreza y la marginación como tema principal de sus discursos, endilgándose culpas unos a otros, aunque a final de cuentas, terminan siendo lo mismo.

A partir del domingo 4 de abril, fecha en que iniciaron oficialmente las campañas, y ya antes, las redes sociales se han inundado de fotografías y videos de quienes se autoproclaman como los bienhechores de la sociedad, que se adentran a recónditos lugares cargados de miseria, con tal de obtener la imagen que les permita proyectarse casi como integrantes de la Liga de la Justicia.

De pronto descubren que el transporte público está mal, que falta pavimento, que no hay agua ni comida, que los niños necesitan salud, que hay delincuencia y drogadicción, y así por el estilo, mientras posan, eso sí, entregando el folleto con su imagen, para que el 6 de junio los desposeídos no se olviden de acudir a las urnas, a cambio de promesas.

Serán dos meses en los que se rendirá culto a los pobres, aquellos que siempre han pedido que se les vea, que se les escuche y que se les responda, pero a los que si bien les va, con una despensa se les volverá a la invisibilidad de siempre, una vez que emitan su voto.

Y a la mayoría de los ciudadanos en desgracia no les queda más que aceptar las migajas, porque en ello puede ir de por medio el comer o no comer ese día, que es lo que aprovechan los candidatos para exigir el sufragio, y no se diga cuando se utilizan los programas institucionales de cualquier nivel de gobierno, para presionar al elector más jodido.

De esa manera, al menos por dos meses, dos historias se cruzan, la del que tiene y la del que no, y sin olvidar que cada uno es cada cual, parafraseando a Serrat, unos se queda a rumiar su tristeza y soledad, y otros se van a lavarse las penas ajenas y las impurezas de la pobreza, para seguir su ruta de la búsqueda del poder y del dinero, a costa de los demás. (Por: Arturo Nieves)